Los portavoces de PSOE, IU y CC en el Ayuntamiento realejero muestran su profundo malestar con las jornadas sobre participación organizadas por el gobierno sin contar jamás con el resto de fuerzas con representación municipal y usando para ello instalaciones públicas en una clara prueba de su visión del pluralismo y la democracia. Todos los grupos se unen en contra de este nuevo caso de uso propagandístico y sesgado del poder.
El Grupo Socialista, IU y CC en el Ayuntamiento de Los Realejos, que dirigen respectivamente Miguel Agustín, Jonás Hernández y Enrique García, han unido sus fuerzas y muestran conjuntamente su indignación ante la nueva prueba de despotismo nada ilustrado del gobierno local del PP con unas jornadas que ha organizado sobre participación ciudadana sin contar en ningún momento con el resto de fuerzas de la corporación municipal. Para todos los grupos de la oposición, que representan a miles de realejeros, los conservadores están usando de forma absolutamente indebida y sesgada la casa del emprendedor para reunirse con ocho mesas de trabajo a las que llaman Consejos de Barrios, en lo que consideran una clara falta del mínimo sentido democrático de un PP que se llena la boca de participación y, sin embargo, ni siquiera cuenta con la oposición para que puedan asistir a dichas reuniones.
Las tres fuerzas creen que se trata de una situación muy grave que requiere de la explicación formal del alcalde y advierten de que no permitirán que se pervierta la llamada participación con ejercicios totalmente proselitistas, dogmáticos y partidistas de una formación que ya cree que le pertenecen las instituciones locales y cualquier resorte de libertad, participación vecinal y pluralidad ideológica.
Según recalcan, la sorpresa es aún más mayúscula si se atiende a que se ha convocado un Encuentro Municipal de Consejos de Barrios cuando ni siquiera se ha aprobado, previamente, su reglamento regulador. Además, conviene recordar que el PP siempre se ha opuesto desde 2011 a constituir estos consejos y apostar de verdad por la participación de los vecinos, como se ha demostrado con la presentación de varias propuestas de los grupos de la oposición votadas en contra por el gobierno.
Además, censuran y tildan de patético que el alcalde quiera acogerse ahora a la Ley 7/2015, de 1 de abril, de los Municipios de Canarias, cuando ha sido incapaz de acogerse a lo establecido en el artículo 107 de la del Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas de Canarias, de 1986, que regula la creación, composición y funciones de los consejos de barrio.
Todos los grupos subrayan que la participación no es una concesión gratuita de ningún gobernante, sino un derecho constitucional de los ciudadanos y debe partir del asociacionismo vecinal, pero con el objetivo de tener peso en la toma de decisiones que afecten a sus vidas, barrios y municipio. Supone profundizar de verdad en la democracia y colocar a cada residente en el centro de la misma, y no que siga siendo un número que vota cada cuatro años en una urna. En Los Realejos, además, existe una larga tradición de peticiones de consejos de barrio desde los años 80 que no puede acabar con este uso partidista, descarado y casi descarnado por parte del PP. De hecho, se creó uno en diciembre de 2000 en Icod el Alto-El Lance, pero nunca llegó a desarrollarse.
Asimismo, avisan de que antes de ahondar en esto hay que adaptar el Reglamento Municipal de Participación Ciudadana de Los Realejos (1998) a la nueva legislación y avances telemáticos; crear la Oficina Municipal de Atención a las Asociaciones; actualizar el Registro Municipal de Asociaciones, y, por último, aprobar el citado reglamento de los Consejos de Barrio para regular su composición, funcionamiento y competencias.
Tanto PSOE, como IU y CC esperan que el PP recapacite cuanto antes e, incluso, vea en esta respuesta común de toda la oposición un ejemplo de democracia que, por lo que parece, les vendría bastante bien, aparte de rebajar su prepotencia y sensación de que tienen potestad para gobernar a su antojo y con el mayor de los desprecios a los que no son de su cuerda.