Lejos de entusiasmo del gobierno local, el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Los Realejos, Miguel Agustín García, considera que los datos de cierre del ejercicio de 2016 suponen la mejor prueba de una concepción conservadora de la política, que impide a los realejeros que su consistorio aproveche todo su potencial económico para invertir sus impuestos y mejorar más su calidad de vida. El PSOE cree que no deja de ser más que un exponente más del bombo y platillo que caracteriza a Manuel Domínguez cuando, en realidad, se calcula mal el presupuesto y no se gasta todo lo que se podría en beneficio general. “Esto no es una empresa privada y el dinero que va al remanente es muy difícil de aprovechar después para invertir”, recalca García.
El portavoz del PSOE en Los Realejos, Miguel Agustín García, desmonta la pletórica interpretación que han hecho el alcalde, Manuel Domínguez, y la edil de Hacienda, Laura Lima, sobre el cierre presupuestario de 2016. Lejos de ese entusiasmo por 4,730 millones (1,4 más que en el ejercicio de 2015), lo que eleva el remanente de tesorería a 10,786 millones, esto supone una evidente prueba de mala gestión porque se calculan mal las cuentas al principio de cada año y no se aprovecha todo el potencial, todas las aportaciones impositivas de los realejeros y los ingresos del consistorio para mejorar la calidad de vida de los vecinos con más inversiones y con mayor atención de las necesidades de muchos colectivos.
Para los socialistas, esta concepción de la política no puede ser más conservadora en un ayuntamiento que sí, que presenta unas cuentas saneadas y con remanente, pero no solo por el PP, sino por la gestión previa de PSOE y CC, que fueron fortaleciendo el marco genérico de las arcas locales por los perjuicios que supone lo contrario (como la deuda, la pérdida de ayuda o las posibles sanciones por incumplir los ratios), pero sin ninguna obsesión por el remanente y tratando de aprovechar al máximo los recursos para invertir y devolver el esfuerzo que hacen con sus impuestos y tasas a los realejeros. A juicio de García, no deja de ser más que un añadido a esa campaña continua de bombo y platillo mediático que tanto le gusta a Domínguez y al PP en general, aunque, si se rasca un poco debajo, se demuestra lo irreal de esa gestión solo de fachada y apariencia.
El líder del PSOE subraya que una administración pública, y más un ayuntamiento, la más cercana al ciudadano, no debe concebirse ni gestionarse como una empresa privada, que sí tiene como gran objetivo el superávit y los máximos beneficios posibles, dentro del cumplimiento de la ley y de un trato adecuado a sus trabajadores. Un consistorio, por el contrario, no debe obsesionarse por mejorar cada año el remanente de tesorería con cifras récord porque eso significa que no se está aprovechando todas sus posibilidades de ingresos para reinvertir. Entre otras cosas porque, una vez ingresado en el remanente, resulta muy difícil aprovecharlo para obras reales. En ayuntamiento nunca debe gastarse más de lo que ingresa, pero tampoco menos, esto impide invertir el dinero de los realejeros en mejorar su calidad de vida, concluye García.